-Uno, dos, tres, cuatro…diría que me falta por contar uno…-pensó para sí Mamá pato.
Todo el corral era un griterío de gorgoritos, trinos y graznidos de unos patitos recién nacidos muy vivarachos.
Entre las cabezas de los amarillos y regordetes patitos quedaba un sólo huevo medio
agrietado que se agitaba con fuerza hasta soltar el cascarón y adivinarse una bola de pelo acuosa y gris, con unos ojuelos saltones que miraban en todas direcciones.
-Pe…pero tu quién eres impostor?…-increpó Mamá pato mirándolo con sorpresa.
-¡Mami, mami…|! -gritó el extraño pollito con voz chillona.
El huevo se acabó de resquebrajar y un polluello flaco y desgalichado empezó a dar vueltas con movimientos torpes bajo la mirada pasmada de todos los demás.
-¡Mami, mami….! –repitió de nuevo con zancadas desmañadas en todas direcciones.
-¡Vaya calamidad de pato…tu no puedes ser hijo mio!…exclamó de nuevo Mamá pato.
-¿De dónde habrá salido una cosa tan fea?…volvió a pensar la mamá con extrañeza.
El polluelo se vió tan solito y desamparado que comenzó a caminar sin rumbo mientras
todos los demás lustrosos hermanitos se reían de aquel ser plumoso que había aparecido de repente.
A Patito se le fue secando el plumaje pero sus desorbitados ojos continuaban absortos e
incrédulos de que su propia familia le despreciara de aquella manera.
Sin vacilación y con la cabeza gacha se alejó sin saber a dónde ir. Temblaba de frío y tenía mucha hambre, además faltaba mucho para que anocheciera con lo que seguramente moriría en la más absoluta soledad y sin ser ayudado por nadie.
De repente se escucharon algunos ruidos no muy lejanos. La hojarasca del bosque cada vez era más espesa pero Patito no tenía miedo, así que la curiosidad le condujo a un paraje
maravilloso. Como si de un sueño se tratara el boscaje se bifurcaba hacia un camino elevado queriéndose perder hacia el más allá.
Las arboledas y los animales del bosque se fueron disipando hasta que un rótulo de letras centelleantes hizo tambalear a Pollito hasta hacerlo caer.
-¡¡Wow!!…¿Qué significará esto?..-exclamó nuestro amigo con sorpresa.
Patito contempló como de súbito el paisaje había cambiado dejando atrás el corral donde su mamá y hermanitos le habían dejado ir.
-Pa…País de Nunca Jamás?…¿Y porqué apunta hacia el cielo?…-se preguntó Pollito con extrañeza.
Entre las fulgurantes letras del rótulo había multitud de mariposas que emitían unos
sonidos casi imperceptibles pero a su vez mágicos y hechizantes.
Patito abría tanto sus ojos que parecían salírsele de las órbitas.
-¿Y…y si continuo ese camino?…No tengo nada que perder…-reflexionó Patito recordando el triste recibimiento de su mamá y hermanitos.
El revoloteo de las mariposas era cada vez mayor y más sonoro, como si estuvieran muy
felices de la presencia de Patito. De súbito nuestro amigo se vió rodeado del infinito crisol
de mariposas de colores que le fueron elevando por los aires hacia el rótulo incandescente de País de Nunca Jamás.
Desde ahí todo se divisaba una tierra muy lejana, casi como un espejismo. Suspendido de las alturas Patito no podía creer como había llegado hasta ahí, y es que con un revoloteo apaciguado Patito se elevó y elevó alejándose de su vista el corral y la granja de su mamá yhermanitos, mientras todo el pueblecito parecía diminuto instantes después.
El cielo se hizo de colores para viajar más arriba de las estrellas. El rótulo de País de Nunca
Jamás parecía no tan sólo alejarse sino detenerse en el tiempo.
Pronto el azul del cielo se oscureció e infinitas estrellas aparecieron como en un firmamento maravilloso.
Patito contempló Cassiopea, Andrómeda, Cressida y Neptuno, con su pequeña cresta
encarnada deslizándose en el espacio sideral y levitando como una mota de polvo en la inmensidad.
Como si de un sueño se tratara su travesía interestelar parecía llegar a algun lugar. Casi sin dejar de emitir su jeroglífico mensaje las mariposas fueron descendiendo hasta aterrizar en un terreno arenoso.
En aquel extraño e inhóspito lugar, Patito vió cómo se elevaba de nuevo a una velocidad
supersónica, con sus amigas las mariposas haciendo un columpio con sus alas de cristal.
Entre las galaxias del universo se aproximaba un sendero de luminosas lucecitas donde se podía leer:
GIRAR EN LA SEGUNDA ESTRELLA A LA DERECHA,
VOLANDO HASTA EL AMANECER
Patito contempló tan sólo un instante las inquietantes palabras que parecían flotar en el
aire. Mientras se balanceaba con fuerza sus amigas las mariposas volaron tan aprisa que Patito cerró sus ojitos dejándose llevar. El aleteo de sus amigas era cosquilleante y divertido…y aquel viaje todo un enigma.
Poco a poco la cruda atmósfera se iba transformando en una brisa cálida y suave, con tibios rayos provinientes de algun lugar.
Patito abrió sus ojos y observó cómo sus amigas las mariposas le rodeaban acariciándole el lomo despeinado desapareciendo poco después. Medio aturdido entre un enorme y prodigioso bosque nuestro amigo polluelo no era capaz de entender que estaba sucediendo.
Despreciado por su mamá y hermanitos, transportado en un galáctico viaje con unas mágicas mariposas más veloces que un lince, la aparición de un rótulo del todo incomprensible indicando Pais de Nunca Jamás y ahora encontrarse en un frondoso bosque salido de la nada….¿Qué significaba todo aquello?
De súbito, el sonido de una enorme cacatúa en lo alto de un árbol le despertó de sus pensamientos.
-Cro-cro…cro-cro…
Patito se incorporó retrocediendo atemorizado.
-¿Qui..quien eres?…-inquirió Patito.
-Me llamo Nunca, y te estaba esperando. No temas polluelo, como no sabes volar aun yo te acompañaré al lugar más maravilloso del mundo…¿Quieres venir? Cro- cro..-dijo la cacatúa con los ojos emocionados.
-¿Nunca? –volvió a hablar Patito.
Abriendo sus alas Nunca se posó al su lado moviendo su elegante cresta amarilla.
-Nunca estoy en el mismo lugar y a la vez estoy en todas partes. Ahora súbete a mi lomo y viajaremos juntos.
-¿Pe..pero dónde estoy?..¿Y mis amigas las mariposas?-preguntó Patito con preocupación.
-Ellas se marcharon ya amigo Polluelo. Te han transportado desde muy lejos, pero ellas no pertenecen a este mundo, ahora seré yo quien te cuide, amigo mio…-respondió la cacatúa observándole fijamente.
Patito contempló cómo los ojos de su amiga Nunca continuaban tristes y llorosos, a pesar de su conversación. Decidió acomodarse entre sus alas y emprender su misteriosa aventura al lugar más maravilloso del mundo como le anunció su amiga Nunca.
Elevándose por los aires de nuevo, parecía como si la travesía tuviese que durar tan sólo unos instantes. Todo era tan vertiginoso que no existía la noción del tiempo. Entre las incandescentes luces de los cielos podía contemplar los bosques frondosos en los que había aterrizado y de nuevo el luminoso cartel de País de Nunca Jamás.
Sinuosas curvas y cascadas nacían de la nada, animales prodigiosos que caminaban lentamente comiendo hierba o tumbados al sol. Poco a poco Nunca fue aminorando su vuelo hasta llegar a una encruzijada flotando en el aire.
-¿Girar en la segunda estrella a la derecha, volando hasta el amanecer?….Pe..pero esas luces las he visto yo antes amiga Nunca…-exclamó con excitación Patito.
-Ya hemos llegado…a la derecha para encontrar el camino…-repitió la cotorra planeando el vuelo.
-¡!Hola …hola y bienvenidos!!- Se escucharon voces desde algún lugar.
-¡Estamos aquí..aquí!! -se repetían las voces.
Nunca aterrizó descendiendo las alas en un enorme prado cubierto de toda clase de flores y árboles prodigiosos. A continuación Patito descabalgó asistiendo al escenario más increible que hubiera podido jamás soñar.
Como si de un decorado se tratara, el rótulo de País de Nunca Jamás se encontraba ante él deslumbrante y cegador. Patito parpadeó llevándose una patita ante su mirada mientras aparecían por detrás de los árboles y malezas toda clase de criaturas mágicas y pintorescas.
-¡Hola amigo y bienvenido seas! -pronunció un hada mitad hombre- mitad mujer cubierto de un manto de terciopelo, sombrero de estrellas y curioso bastón cubierto de alhajas.
-¡Hola, hola!…-exclamaron a lo lejos unos niños hobbit con orejas de conejo completamente cubiertos de ramas y hojas sin parar de reir.
Patito retrocedió el paso acercándose a su amiga la cotorra Nunca. Todo aquello era simplemente insólito y sin sentido, y no tenía ni la menor idea en qué lugar del universo se encontraba.
-No temas amigo Polluelo, todos ellos son amigos… ahora conocerás también a Peter Pan y a Campanilla…nunca más estarás triste….-exclamó Nunca con protección.
-¿He oido mi nombre? …-se escuchó una voz vivaracha y alegre.
De algún incierto lugar apareció como un saltimbanqui un muchacho de pelo rubio y ojos verdes vestido con unos calzones de hiedras. Con un puñal en el costado y descalzo, Patito observó cómo aquel niño intrépido se encaramaba por las ramas de los árboles como una gacela para brincar hacia otro sin perder el equilibrio.
La cacatúa Nunca observó cómo Patito estaba tan obnubilado que sonrió emitiendo un sonoro graznido.
-¡Cro-cro…cro-cro…! -graznaba Nunca acariciando a Patito con sus alas plateadas.
-¿A quién le debo mis honores amiga Nunca? -preguntó el extraño niño desde las alturas.
-Él es Patito, un nuevo amigo. -le respondió Nunca con seriedad.
-¡Bravoooo…un nuevo amigo en País de Nunca Jamás! -clamó de nuevo el muchacho con su puñal alzado en signo de victoria.
-¡Braavooo, hurra!! -gritaron todos los demás acercándose a Patito.
En aquel momento los niños hobbit acercaron a Patito una una corona de flores y se la rodearon en el cuello con una sonora carcajada, mientras el hada misteriosa se aproximaba posando su bastón sobre su hombro.
-Bienvenido amigo Pollito…con mis encantamientos de hada mágica te otorgo la risa y la felicidad por siempre..-pronunció las palabras el hada mitad hombre-mitad mujer.
-¡Ahá…no estés triste amigo Patito…yo soy Peter Pan, y como dice nuestra amiga hada junto a nosotros nunca jamás derramarás una lágrima!…-exclamó el niño con voz airada.
-¿Pe..pero es este País de Nunca Jamás?..mi mundo es otro…me gustaría volver a mi antiguo corral con mis hermanos y mi mamá…ellos seguramente estarán esperando que regrese, tenéis que creerme, amigos…-respondió Patito con voz trémula.
Lentamente los ojos de Patito se fueron cerrando y un sueño profundo sucumbió ante las extrañas criaturas del lugar. Nunca se entristeció al escuchar las palabras de Patito y lo alzó entre sus alas hasta un recóndito nido donde descansar.
Muy lejos de allí, en el corral de la vieja aldea, Mamá Pato y sus polluelos empezaron a inquietarse por Patito. Aquel torpe y desmañado huevo se empeñó en ser diferente y tan poco agraciado…pero sus ojos eran sensibles y tiernos, frágiles como el algodón.
Mamá Pato estaba triste al recordar cómo había tratado a su propio polluelo y haberle abandonado a su suerte. Incluso los demás hermanitos parecían buscarlo y le llamaban con sonoros graznidos a todas horas.
Una tarde se fueron todos alejando del corral siguiendo las pequeñas huellas que su hermanito había dejado en el camino. Mamá Pato extendió sus alas y protegió a sus pequeños del frondoso follaje que rozaba sus delicados cuerpos. Huella tras huella fueron siguiendo hasta llegar al mismo lugar en el que Patito divisó el centelleante rótulo de País de Nunca Jamás dirigiéndose hacia el cielo.
-Croc-croc…aquella escena era maravillosa…-pensaron todos con una sonrisa detenidos
en el sendero.
En País de Nunca Jamás pasaban los días y Patito cada vez más jugaba con los niños hobbit construyendo cabañas en los árboles, tirando piedras en los ríos, o emulando batallas entre las malezas de los bosques. El tiempo parecía interminable sin preocupaciones ni problemas, todo era feliz y dichoso. Desde el amanecer hasta que se ponía el sol todo era un paraíso sin fin.
La cacatúa Nunca era omnipresente en los bosques y observaba de cerca a su amigo Patito mientras Peter Pan le invitaba a viajes interplanetarios a sus espaldas.
Un día Patito quiso preguntar cómo era posible que sin ser un ave pudiera volar, a lo que Peter Pan le respondió el motivo de tal sorprendente habilidad.
-Nunca antes me lo había preguntado nadie, amigo Patito…puedo volar indefinidamente…en realidad creo que siempre he sido medio pájaro. No puedo recordar nada de mi niñez, ni de mis padres, nada de nada.…-respondió de forma enigmática Peter Pan a Patito.
-¡Pero no me importa…quiero vivir aquí por siempre y jugar y jugar!! -añadió Peter Pan a Patito escapándose detrás de un montículo a modo de cabaña.
Sentado sobre la hierba sonrió de manera cómplice a su amiga Nunca posada en lo alto de una rama. Siempre parecía adivinar incluso lo que estaba pensando, pero Patito no comprendió la respuesta de su amigo, y trató de olvidar.
El recuerdo de Mamá Pato y sus hermanitos del corral ya era tan lejano que apenas tenía conocimiento de su vida anterior. Patito se reía con sus nuevos amigos, pero al anochecer había algo dentro de su ser que le aprisionaba el corazón. Los días y las noches parecían ser simétricamente parecidos, misteriosamente eternos sin razón aparente.
Aquella mañana, el hada mágica mitad hombre-mitad mujer, acompañada de otras hadas despertaron a Patito con mucha exaltación.
Se iba a celebrar una gran fiesta en honor al hada más famosa de País de Nunca Jamás, la más poderosa e importante. Todo eran bailes y flores con guirnaldas, la Roca de la Calavera donde habitaba Peter Pan había reunido a todas las sirenas de los mares del Sur que con sus cánticos iban a dar la bienvenida a la ilustre celebridad.
Patito se acomodó a lomos de la cacatúa Nunca para acudir al evento. Allí se encontraría con sus amigos los niños hobbit y con Peter Pan, pero hoy iba a ser un día especial.
Abrazando fuertemente a Nunca, Patito se sentía protegido y seguro, y un recuerdo fugaz le vino súbitamente a la memoria. La añoranza de algún lugar lejano donde él pertenecía, una mamá y una família remota en el pasado.
Nunca se deslizaba como un caballo volador entre las encinas, los árboles y los mágníficos bosques de País de Nunca Jamás. De súbito, Patito comprobó que su vuelo cada vez era más aminorado para detenerse ante un océano prodigioso. Aquel mar inundó sus miradas en un horizonte extraordinario. Patito no entendía que estaba ocurriendo y contemplando los ojos de Nunca observó que una lágrimas se derramaban para perderse instantes después.
-Amigo Patito…debes salir de aquí cuanto antes. Quién viaja a País de Nunca Jamás no puede volver a su antigua vida ni recordar su pasado amigo mio…mi mundo no es este tampoco, y no hay día que no sepa que mi mamá está en algún lugar esperándome amigo mío…-declaró Nunca sollozando.
Patito comprendió de repente su extraña sensación de no pertenecer a el mundo fabuloso y extraordinario de País de Nunca Jamás, y encaramándose hasta los mismísimos ojos de su amiga se posó ante ella con determinación…
-Debemos salir de aquí cuanto antes amiga mia…juntas lo conseguiremos .-exclamó Patito con entusiasmo.
-No es tan sencillo amigo Patito…los encantamientos del hada mágica son perversos.
Necesitamos escondernos a toda costa de encontrarla por País de Nunca Jamás.
Y todos los niños hobbit están hipnotizados… viven pensando que son felices por siempre, y en realidad están atrapados…-añadió con pesar.
-¿Qué podemos hacer?…Ahora es la gran fiesta para recibir a Campanilla…¿La conoces amiga Nunca? …-quiso saber Patito.
-Campanilla sólo puede sobrevivir si los demás creen en las hadas amigo Patito, junto con Peter Pan dominan todo el país a su antojo, su hechizo es malévolo y vengativo. Espolvorea polvo de hada cada vez que te mira con sus ojos de cristal…-declaró Nunca.
-¡Ahá…Os encontré!!.- se escuchó de súbito muy cerca de allí.
Nunca y Patito se giraron con sobresalto.
Peter Pan apareció de la nada haciendo volteretas con su puñal en lo alto como un guerrero.
-¡Pero si son mi fiel Nunca y mi amigo Patito!…¿No venís a la fiesta? -preguntó Peter Pan con interés.
-S…sí si…ahora íbamos..-respondió Nunca enjuagándose las lágrimas.
Vayamos rápido hacia la Roca de la Calavera amigos…|¡jugaremos y jugaremos hasta la eternidad amigos!.. –insistió.
La cacatúa Nunca posó sobre su alas a Patito como de costumbre y elevó su vuelo elegante y sinuoso.
Desde las alturas, País de Nunca Jamás era un paraíso desbordante,con bahías, colinas y bosques que eran auténticos vergeles en continua evolución, transformación mágica donde las leyes del resto del universo no intervenían ni se acercaban.
Patito quiso contemplar aquel maravilloso lugar de nuevo a lomos de su amiga Nunca, cuando de súbito le pareció divisar unas diminutas bolitas amarillas que caminaban en tropel. A su lado alguien o algo de diferente aspecto las acompañaba.
-Amiga Nunca…¿ves ahí abajo?..creo que…¿podrías descender hasta esas luces amarillas?.. ¡rápido Nunca!…gritó Patito hacia su amiga la cacatúa abrazándola bien fuerte en su vuelo.
-¿Qué ocurre amigo Patito?, vamos para allá, pero recuerda que tenemos que asistir a la fiesta de Campanilla. –exclamó Nunca aminorando su vuelo.
-Creo que…puede que aún conserve algún pedacito de memoria, y creo que nuestro plan va a ir genial amiga Nunca…-respondió Patito con misterio.
Nunca fue descendiendo su vuelo hacia la extraña aparición y para su sorpresa ocho pollitos amarillos como el sol acompañados de su mamá pato asistían impertérritos al impresionante vuelo de Nunca que se había detenido justo ante todos aquellos ojitos anonadados.
La cacatúa Nunca comprendió todo en un periquete. Ayudó a descender a Patito y contempló con emoción cómo algún lejano recuerdo estaba llegando a su pequeño corazón.
-¿E..eres mi mamá? …casi no lo recuerdo…-habló Patito con la voz entrecortada acercándose a Mamá pato.
-¡Croc-croc-croccc…croc-croc, hermanitooo, hermanito! –chillaban todos sus hermanos.
-¡Sois mi família, y habéis venido a buscarme!…¿verdad que si?..-se acercó Patito a una Mamá pato emocionada.
Nunca se acercó a los polluelos que graznaban de alegría y les cobijó entre su frondoso plumaje. Eran tan ruidosos y divertidos que Nunca les sonrió con ternura.
-No te abandonaré jamás, perdóname hijo mio…-susurró Mamá Pato con su polluelo entre los brazos.
-¿Creo que nuestro plan va a ir genial?….¿Qué está ocurriendo aquí?…-inquirió el hada mágica mitad hombre mitad mujer apareciendo de repente.
-¿Y quines sois todos vosotros?..-añadió alzando su bastón de alhaja.
Mamá pato se avalanzó protegiendo a sus polluelos lanzando una desafiante mirada a su imprevista interlocutora.
La cacatúa Nunca intervino rápida y locuaz. El plan debía salir a la perfección.
-Hada mágica…permíteme presentarte a unos invitados muy especiales. Ellos han venido desde muy lejos a la gran fiesta de Campanilla, y tienen un gran plan para amenizar la fiesta. Será un honor para nosotros que puedan disfrutar de País de Nunca Jamás…yo seré su anfitrión, hada mágica.
-Mmmmm…ya veo. ..nos vemos entonces en la fiesta, amiga Nunca…-respondió Hada mágica con una pícara sonrisa. Girando sobre si misma como una peonza y dando vueltas y más vueltas se esfumó acto seguido brotando miles de hojas de su estela mágica.
Patito junto con sus hermanitos y Mamá Pato estaban tan boqueabiertos que no salían de su asombro.
-Subid todos a mi lomo amigos…mis alas son tan poderosas que podréis viajar todos juntos…no temáis… Debemos partir todos a Roca de la Calavera o sospecharán de nosotros…-exclamó Nunca con voz afable.
-¡¡Croc-croc, croc-croc!! –graznaban los polluelos de manera sonora. La asombrosa aparición de hada mágica con su sombrero de estrellas, su manto de terciopelo y sus raros hechizos les habían llamado tanto la atención que no dejaban de piar de emoción.
Como si de un manto se tratase, Nunca extendió sus plumas alzando a todos los pollitos sobre su lomo, seguidos de Mamá pato.
Volando sobre las llanuras y bosques de País de Nunca Jamás, Patito sintió de nuevo el calor de su família junto a él, y como todo aquel paraíso resultaba aun desconocido.
La Roca de la Calavera se divisaba poco a poco ante sus ojos inundándose de flores, cascadas y cuevas mágicas por todas partes… allá los niños hobbit saltaban y brincaban creando juegos imaginarios mientras Peter Pan era el más grande y valiente guerrero.
Nunca se detuvo levitando en los aires, y girándose hacia su gansa tripulación lanzó un misterioso susurro a Mamá pato.
-¿Qué ha podido decirle Nunca a mamá ?… -pensó con intriga Patito.
Instantes después sobrevolaban de nuevo para aterrizar en un pequeño montículo cerca del lugar. Todos los pasajeros descendieron del lomo de Nunca y observaron maravillados como un olimpo multicolor reinaba ante sus ojos. Los niños hobbit corrieron rápidos y veloces al encuentro de Patito para jugar con él mientras el hada mágica mitad hombre mitad mujer relizaba hechizos y trucos mágicos para amenizar la fiesta.
-¿Qué significa todo esto, croc-croc? -demandó Mamá pato con mal humor.
-¿Aquí no trabaja nadie?…En la aldea todos contribuyen a mantener el corral limpio y aseado…¿y vuestros padres? …-volvió a preguntar.
Los niños hobbit no dejaban de jugar emulando bravos piratas y apuestos príncipes, con sus ropajes de hojas inventaban relatos e historias extraordinarias.
Desde una liana gigantesca Peter Pan junto a Campanilla descendieron como dos gacelas hasta abrir sus alas revoloteando entre los polluelos y Mamá pato.
-Así que vosotros sois nuestros ilustres invitados, ¿es así?…Venid y acercaos, pollitos bonitos…venid junto a nosotros…-exclamó Peter Pan travieso.
-¡Mirad a esos niños…se lo están pasando en grande jugando todo el día, ya veréis que divertido, pollitos bonitos!…-manifestó de nuevo Peter Pan.
-¡Mis polluelos no van a ninguna parte!…¿y esta mariposa verde quién es, a ver?..-quiso saber Mamá pato con genio.
-¡Bien dicho mamá!…-exclamó Patito orgulloso.
-Veo que os faltan modales, patitos míos. Dejadme que me presente, yo soy Campanilla, y junto con mi amigo Peter Pan hacemos que todos los niños sean felices por siempre aquí en País de Nunca Jamás.
-¡País de nunca trabajar!… querrás decir, mariposón insolente..-exclamó de nuevo Mamá pato.
Campanilla sonrió maliciosamente remontando su vuelo junto a Peter Pan. El vuelo era tan alto e inquieto que los polluelos, Mamá Pato y la cacatúa Nunca perdían su rastro para volver a aparecer instantes después.
-Nos quieren despistar, amigos míos…Campanilla tiene todo el poder y de sus alas desprende un polvo mágico haciendo que Peter Pan y los niños hobbit tengan la capacidad de volar indefinidamente con una juventud interminable…-manifestó con pesar Nunca.
-Ahora lo entiendo todo… amiga Nunca…¿ahora? –exclamó Mamá pato decidida.
-Ahora…respondió la cacatúa Nunca asintiendo.
-Ahora es el momento entonces…nuestras cacas destruirán País de nunca trabajar, ya lo veréis.
-Escuchadme bien todos, hijos míos. Tenéis que volar por todas partes dejando un rastro de cacas pollinas, todas las cacas pollinas que podáis, y a ser posible las más podridas y pestilentes del mundo vamos a acabar con el povo mágico de Campanilla y así su poder diabólico..-¿me habéis entendido? -dio órdenes Mamá Pato.
-¿Cacas?…¿Cacas inmundamente inmundas?…-preguntaron todos con sorpresa.
-¡Croc- croc…croc- croc…ahí somos los reyes de las cacas pollinas!..-exclamaron todos los pollitos con alegría.
-Se va a enterar de quién soy yo el mariposón insolente este!…-dijo entre dientes Mamá pato.
La cacatúa Nunca junto a todos los pollitos y Mamá Pato estaban más que dispuestos.
Aleteando poco a poco fueron alzando el vuelo cubriendo todo País de Nunca Jamás de millones de cacas pollinas pestilentes y fétidas, cacas pollinas grandes, pequeñas, cubiertas de hierbas e insectos, cacas pollinas llenas de plumas y muy repelentes.
En tan sólo unos instantes toda la belleza de País de Nunca Jamás y su paradisíaco edén era todo un estercolero.
Desde la cima más alta de la Roca de la Calavera, Campanilla se apresuró aleteando sus alas y haciendo brotar una purpúrea estela de polvo de estrellas, pero todo fue inútil.
Desde los cielos, el levitante vuelo de Nunca observaba como su paraíso se evaporaba. El influjo maligno de Campanilla había hipnotizado durante largo tiempo a los niños hobbit y a Peter Pan perpetuándoles en una infancia eterna.
-Ven con nosotros amiga Nunca…nos has cuidado hasta el fin…-exclamó Patito con lágrimas en los ojos.
-¡Eso!…Has cuidado de mi pollito y ahora volverás a casa con nosotros, amiga…-respondió Mamá pato satisfecha.
-¡Croc-croc…croc-croc…Nunca casa, nunca casa…cro-croc! -graznaban sonoramente todos los pollitos.
Todos se echaron a reir recordando todas las aventuras que habían vivido juntos.
De súbito y como auténticas estrellas fugaces Peter Pan y los niños hobbit aparecieron con el semblante triste cerca de la cacatúa Nunca y sus amigos. Desde allí todos contemplaron como Campanilla y su poder se desvanecían sin poder hacer nada.
País de Nunca Jamás había sido una ilusión, un cuento sin fin, pero debían regresar a su auténtico mundo.
-¿Quién soy yo en realidad amigos?…-exclamó Peter Pan pensativo.
-Tan sólo un niño…pero tu misión será crecer como todos…alejémonos de aquí, amigo mío…-exclamó Nunca con ternura.
El último vuelo fue el más bello, el más siniestro también. Haber existido en un mundo sin existir.
Nunca se sintió feliz de transportar en su majestuoso lomo a todos sus amigos. Un mundo nuevo les estaría esperando muy muy lejos de allí.
Cassiopea, Andrómeda, Cressida y Neptuno de nuevo en los confines de un horizonte intergaláctico y el infinito crisol de una mariposas de colores que iban a acompañar a Patito en la aventura más extraodinaria de su vida, pero ahora junto a su familia y sus nuevos amigos.