Lo veía todo con ojos lejanos.
Voces y muchos nervios pero de los bonitos, con risas y mucho barullo por la casa…el pasillo muy ajetreado y con mucha luz, porque en verano todo tenía mucha luz… y los porticones abiertos de par en par para que todo entrara a borbotones…la alegría y los tintineos de las persianas tan subyugantes como hipnóticos, mis ojos seguían contemplando el devenir constante de un sinfín de tumultos de aquí para allá…absorto veía las horas pasar y alguien me daba unas chocolatinas. Era muy divertido, casi tanto como a donde fuéramos…era el sueño, era la vida pasar, era todo una adivinanza…todos me sonreían y de vez en cuando me estrechaban los mofletes.
Ahí estaba yo con mi maletita de señor mayor y mis zapatos nuevos, nadie podía aproximarse a mi perímetro encantado, a mi teatrillo particular y a mis dulces pesquisas de a donde partíamos. Todo mi mundo seguía inerte bajo mis rodillas y de ahí nada se movía hasta que aquel mundo ajetreado partiera hacia algún lugar. Las chocolatinas habían dejado mis manos manchadas pero ya no había tiempo de encantarse…los murmullos ya cada vez eran más lejanos y las puertas se cerraban…silencio.
-¡Bastián Bastián…rápido que ya no hay tiempo!- gritaba mamá con una energía desorbitada..
Los kilómetros se deshacían entre los caminos y había tiempos de silencios, tiempos de risas y tiempos para soñar junto a mis hermanos, hasta que las palmaditas de mamá llamaban a un nuevos episodio en el día en el que todas las emociones revoloteaban a nuestro alrededor.
No sé a donde me dirigía…era verano y eran vacaciones..qué más daba.
Sentir el viento en el rostro al avanzar a toda velocidad era algo así como lo más parecido a la felicidad, y si cerrabas los ojos era como flotar…hasta que de nuevo despertaba para esbozar una sonrisa.
Mi maletita de señor mayor era desgarbada y no demasiado bonita, pero era valiosa y me acompañaba desde hacía tiempo. Recuerdo permanecer ensimismado contemplando el horizonte de aquel paraje desconocido, mis zapatos nuevos se habían llenado de polvo y hojarasca pero no importaba.
El mar estaba cerca, y las montañas, y las noches bajo las estrellas… todo se divisaba a través del catalejo que con esmero había guardado en mi maletita de señor mayor.
Detrás de mi pequeña figura todo eran maletas y cámaras fotográficas…ante mí el paraíso y mis próximas aventuras.
Mamá se acercó acariciándome la espalda y me preguntó con voz susurrante: -¿Me dejas mirar a mi también, Bastián?-..quiero ver que hay más allá de las montañas..-
Nuestras miradas se detuvieron y la vida fue hermosa…los gruesos cristales del catalejo volaron por encima de aquellas montañas para transformar se en otro mundo secreto e invisible para los demás…de duendes y de princesas…de aldeas medievales o de arqueros y piratas con destellos de luz violetas y anaranjados…pero ante nuestros ojos tan sólo montañas.
Me apresuré a mi balbuceante mamá que no daba crédito mientras me preguntó..-¿Cómo es posible Bastián…a-acabo de ver…? ¿Qué llevas ahí en la maletita? Abracé a mamá sin contestar.
En mi maletita de señor mayor no hubo nunca nada…sólo guardaba mi catalejo raro y pesado. Las vacaciones se prolongaron y fueron felices como de costumbre, las montañas albergaban senderos para escaparnos en bicicleta, trepar árboles y extenuarnos buceando en la playa…pero había un más allá que cada día me esperaba tras aquel horizonte..La noche estrellada era majestuosa y diáfana..era de noche allí también y sólo algún buho vigilante parecía descubrirme. Mamá se acercó con algo de abrigo y se sentó a mi lado.
-¿Les has visto hoy Bastián?…me preguntó en voz muy baja.
-Siempre están mamá…y además en todas partes…sólo que con el catalejo les veo más cerquita.
Recosté mi cabeza en el hombro de mamá mientras cubría el catalejo con un viejo trapo en mi maletita de señor mayor.
-¿Eres feliz en estas vacaciones, Bastián?-preguntó mamá sonriéndome.
-Siempre soy feliz mamá…porque veo el mundo con magia. Y estas, las mejores vacaciones de mi vida- respondí.
Nuestros ojos curiosos quisieron mirar un poco más tras el cristal.. otras vidas y otros seres cabían en nuestra imaginación…sólo teníamos que soñar..seres diminutos y movedizos, seres reales e irreales a la vez…extraños y risueños…tal vez como nosotros.
-Bastián…es tarde…¿y si recogemos la maletita hasta mañana? Las vacaciones no se han acabado aún…mañana te explicaré una historia de hace mucho mucho tiempo….¿recuerdas que el abuelo te regaló este catalejo hace tiempo…?…Si te fijas bien..lleva sus iniciales…pero si cierras los ojos con la mano por encima…¿quizá desaparecen?…
La medio sonrisa de mamá no la olvidé nunca…¿enigmática quizás?
Fueron las vacaciones de mi vida.